domingo, 9 de enero de 2011

Prosa a Carmela


Carmela, la puta de mi vecina, no por que ella sea, si no la propiedad de su palabra intelectual la hace disfrutar que esa es la puta, su puta y la puta de nadie mas.

Rendidos quedaron los ojos del caballero, aquel caballero caminante con el corazón cosido al escuchar semejante titulo de propiedad y la carta de presentación que casi nadie podría explicar de lo bien que puede y pueda que sea, las interrogantes se marcaron en su seño y en un suspiro al alma se pregunto, ¿sera que es cierto que Carmela es una puta?, ¿como va a ser puta y es su puta y no es puta de nadie mas?, entonces si es puta no me casare con ella!, cuando lo termino de pensar se dio cuenta que lo grito y Carmela lo escucho y lloro.

Días de un mágico deseo de llorar, de llamar y decirse disculpa, pero jamas sucedió así, Carmela no fue puta, no fue puta de nadie pero si puta de nadie mas.

Años después de una sorprendente parada de un bus ligero se cruzaron las miradas pero no paso nada, se cruzaron los corazones y pararon adentro de un hotel haciéndose el amor.


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